El siguiente articulo, fue publicado en la revista Conexiones, hace un par de meses.
Sus comentarios y opiniones son bienvenidos, a fin de abrir un foro de discusion y analisis del tema.
Los hispanos somos iguales pero diferentes.
El término “Hispano” no describe a ninguna raza, religión o país. Esta frase es copiada del libro “Oye, What’s a Hispanic?, escrito por el abogado Hank Adorno, del bufete Internacional, Adorno & Yoss, con sede en Miami y del cual recomiendo su lectura.
Las experiencias buenas o malas, de los inmigrantes en este país, especialmente los de origen latinoamericano, son muchas y muy variadas. El choque que significa la inmersión cultural en el estilo de vida anglosajón, no es igual y no tiene la misma intensidad para ningún individuo, ni para ningún grupo étnico o socio cultural.
Una de las razones es la propia diversidad cultural del grupo que en este país han denominado como “Hispanos”. En “Oye”, su autor destaca que dicho termino fue traído al tapete por el “Census Bureau”, en los años 70, en un intento por identificar a las personas de ascendencia española. No entendió el “Bureau” que los descendientes ya tenemos siglos de identificación propia, debido a las características socio culturales en cada región o país de Centro y Suramérica.
Hispano es un grupo totalmente heterogéneo, por lo tanto se comete un error burocrático al encasillar a varios millones de personas, en un solo lote. Lo que es obvio para nosotros los hispanos, se les escapo a las autoridades en su comprensible necesidad de legislar y regular. para un grupo importante de inmigrantes en este país.
Adorno, es prolífico en datos estadísticos y para los efectos del libro, define el término hispano, como al grupo de personas que residen en los Estados Unidos y en cuyo país de origen se habla español y esta ubicado en el Centro o Suramérica o en el Caribe
Entre el 2000 y el 2004, la población hispana en USA, creció en un 14%, en contraste con la no hispana que solo creció en un 2%. Ese rápido crecimiento se origina en el número de nacimientos, combinado con las cantidades de inmigrantes que aquí llegamos.
Actualmente, en números, los hispanos son la primera minora en este país. De continuar el impulso demográfico, en el 2050 uno de cada cuatro ciudadanos americanos será de origen hispano.
Los hispanos se están explayando por el país. Los estados fronterizos con Méjico, además de la Florida y New York, siempre han sido la sede principal de los hispanos. No obstante, siete estados de la unión a saber: Oregon, Nevada, Washington, Georgia , North Carolina, Virginia y Massachussets, han visto crecer significativamente su población hispana. En términos porcentuales, el crecimiento hispano en estos estados, es mayor que en los estados tradicionales.
La influencia social, cultural, económica laboral, y política de los hispanos es evidente en los llamados estados tradicionales y en el resto de la nación. En el sector económico, más de 700 billones de dólares fueron invertidos en bienes y servicios por los hispanos en el 2004. En lo político, en ese mismo año, los hispanos contribuyeron con el 6% de los votos.
La miopica visión de encuadrar y tratar al grupo denominado hispano, de la misma manera, ha generado estereotipos que confunden a la opinión pública, aunque que no todos son negativos. No disputamos el concepto del “Latin Lover”.
Los hispanos, nos sentimos identificados entre todos y compartimos las raíces innegables de nuestros ancestros españoles, mezcladas con las sangre de etnias indígenas muy particulares de cada región.. De esa mezcla estamos orgullosos. Es la que hace que los hispanos seamos iguales, pero diferentes.
sábado, 3 de noviembre de 2007
jueves, 1 de noviembre de 2007
!Se divorciaron los Perez!
El siguiente articulo, de mi autoria, fue publicado el El Nuevo Herald de Miami, el mes pasado.
El relato se acopla a situaciones reales, con nombres alterados por confidencialidad.
Sus comentarios son apreciados, bienvenidos y esperados.
¡Se divorciaron los Pérez!
Dr. Oscar J. Franco O.
La noticia se propago entre los amigos y compatriotas. Los Pérez, una pareja que llego hace unos tres años a vivir en la Florida se divorciaron.
La historia puede haber comenzado con una decisión tomada a la ligera. El Sr. Perez (Beto) le dijo a la esposa. “Mi amor, aquí en Orlando se pasan unos días mararavillosos, los niños se divierten, tu y yo estamos tan bien, la comida, la seguridad, la limpieza, el orden, la educación, los negocios, los dólares, porque no nos venimos a vivir para la Florida”.
Vendemos todo y fácilmente juntamos varios cientos de miles de dólares, los ponemos a ganar intereses, mientras yo me ubico en la empresa del Dr. Rodríguez quien me esta esperando con los brazos abiertos y con un sueldazo. Dicho y hecho los Pérez, vendieron todas sus pertenencias en su país y se vinieron para USA.
La familia inicio su nueva vida, tenían que comprar de todo, pero como este es el país del crédito a los 15 días ya eran flamantes propietarios de una casa de 5 habitaciones (una para nosotros y una para cada hijo) y cinco baños.
La casa, costo $850.000, pero apenas pedían el 10% de inicial, con intereses bajísimos, en 35 años, la pagamos sin darnos cuenta, no llega a $4000, mensuales. Para transporte, compraron una Mercedes para el y una BMW para ella. Solo pagaron el 15% y comodísimas cuotas de apenas $900 al mes por 5 años.
Los muebles estaban en una oferta increíble, y pagando sin intereses, un año que después. Apenas $2300 mensuales.
La novedad paso y empezó la rutina, los chicos a la escuela. Beto se reunió con el Sr. Rodríguez, pero la oferta se cayó, no encontró trabajo, pero mucha ideas y proyectos.
Transcurrió el primer año y Beto aun sin trabajo. Los intereses del capital que trajeron, estaban justos con los gastos. Pasaron seis meses más, egresos imprevistos hizo necesario cancelar parte del plazo fijo; por supuesto bajaron los dividendos de los intereses, pero no los gastos.
Allí comenzó el círculo vicioso y destructivo de las condiciones económicas de los Pérez. La tensión familiar era muy fuerte. La relación de pareja se deterioraba a pasos agigantados. Necesariamente salieron de los carros, vendieron la casa. Pasaron a vivir alquilados en un apartamento de 3 habitaciones y dos baños.
Beto y Betina, prácticamente no se hablaban. En fin, sucumbió el matrimonio. Beto se regreso a su país, como empleado. Betina se quedo en la Florida con los hijos pues estos no quisieron regresar. Una pareja que busco un mejor futuro, acabo en el pasado.
La triste historia es verdadera, los nombres no lo son. Lo peor es que se pudo evitar. Pretender emigrar y vivir en las mismas condiciones socio-económicas que se tenían en el país de origen, es un gravísimo error, a menos que se cuente con mucho dinero o venga contratado por un empresa. Aun así, el choque cultural, el modus vivendi, y para el tema que nos ocupa, la vida en pareja cambia drásticamente.
En la gran mayoría de los casos, emigrar significa comenzar de nuevo, todo cambia, empezando con la vida familiar y pasando por la profesional, social, esparcimiento y muy especialmente las condiciones económicas. La solidez del matrimonio se pone frente a una durísima prueba, tristemente muchas parejas no logran superar el reto.
Por supuesto, la gran mayoría de los individuos y matrimonios, si vencen los escollos y se adaptan a esta nueva etapa en sus vidas. El sacrificio les recompensa con éxitos. Ellos no dejan que el suenho americano se convirtiera en pesadilla
El relato se acopla a situaciones reales, con nombres alterados por confidencialidad.
Sus comentarios son apreciados, bienvenidos y esperados.
¡Se divorciaron los Pérez!
Dr. Oscar J. Franco O.
La noticia se propago entre los amigos y compatriotas. Los Pérez, una pareja que llego hace unos tres años a vivir en la Florida se divorciaron.
La historia puede haber comenzado con una decisión tomada a la ligera. El Sr. Perez (Beto) le dijo a la esposa. “Mi amor, aquí en Orlando se pasan unos días mararavillosos, los niños se divierten, tu y yo estamos tan bien, la comida, la seguridad, la limpieza, el orden, la educación, los negocios, los dólares, porque no nos venimos a vivir para la Florida”.
Vendemos todo y fácilmente juntamos varios cientos de miles de dólares, los ponemos a ganar intereses, mientras yo me ubico en la empresa del Dr. Rodríguez quien me esta esperando con los brazos abiertos y con un sueldazo. Dicho y hecho los Pérez, vendieron todas sus pertenencias en su país y se vinieron para USA.
La familia inicio su nueva vida, tenían que comprar de todo, pero como este es el país del crédito a los 15 días ya eran flamantes propietarios de una casa de 5 habitaciones (una para nosotros y una para cada hijo) y cinco baños.
La casa, costo $850.000, pero apenas pedían el 10% de inicial, con intereses bajísimos, en 35 años, la pagamos sin darnos cuenta, no llega a $4000, mensuales. Para transporte, compraron una Mercedes para el y una BMW para ella. Solo pagaron el 15% y comodísimas cuotas de apenas $900 al mes por 5 años.
Los muebles estaban en una oferta increíble, y pagando sin intereses, un año que después. Apenas $2300 mensuales.
La novedad paso y empezó la rutina, los chicos a la escuela. Beto se reunió con el Sr. Rodríguez, pero la oferta se cayó, no encontró trabajo, pero mucha ideas y proyectos.
Transcurrió el primer año y Beto aun sin trabajo. Los intereses del capital que trajeron, estaban justos con los gastos. Pasaron seis meses más, egresos imprevistos hizo necesario cancelar parte del plazo fijo; por supuesto bajaron los dividendos de los intereses, pero no los gastos.
Allí comenzó el círculo vicioso y destructivo de las condiciones económicas de los Pérez. La tensión familiar era muy fuerte. La relación de pareja se deterioraba a pasos agigantados. Necesariamente salieron de los carros, vendieron la casa. Pasaron a vivir alquilados en un apartamento de 3 habitaciones y dos baños.
Beto y Betina, prácticamente no se hablaban. En fin, sucumbió el matrimonio. Beto se regreso a su país, como empleado. Betina se quedo en la Florida con los hijos pues estos no quisieron regresar. Una pareja que busco un mejor futuro, acabo en el pasado.
La triste historia es verdadera, los nombres no lo son. Lo peor es que se pudo evitar. Pretender emigrar y vivir en las mismas condiciones socio-económicas que se tenían en el país de origen, es un gravísimo error, a menos que se cuente con mucho dinero o venga contratado por un empresa. Aun así, el choque cultural, el modus vivendi, y para el tema que nos ocupa, la vida en pareja cambia drásticamente.
En la gran mayoría de los casos, emigrar significa comenzar de nuevo, todo cambia, empezando con la vida familiar y pasando por la profesional, social, esparcimiento y muy especialmente las condiciones económicas. La solidez del matrimonio se pone frente a una durísima prueba, tristemente muchas parejas no logran superar el reto.
Por supuesto, la gran mayoría de los individuos y matrimonios, si vencen los escollos y se adaptan a esta nueva etapa en sus vidas. El sacrificio les recompensa con éxitos. Ellos no dejan que el suenho americano se convirtiera en pesadilla
martes, 30 de octubre de 2007
Bienvenidos al blog de los inmigrantes en USA
Hemos decidido inmigrar a este maravilloso país. Las razones son muchas y cada uno de nosotros tiene su propia circunstancia. El hecho de que estemos aquí, luchando por establecer una nueva vida, en todos los sentidos, en la búsqueda del mejor futuro para nosotros mismos y nuestros seres queridos, nos une bajo un mismo techo.
Desde antes de llegar a este país, comenzamos a vivir la experiencia de emigrar y por supuesto en consecuencia convertirnos en inmigrantes.
Los latinos tenemos mucho en común, aunque poseemos características propias a nuestras culturas en las caules nacimos y nos formamos.
En lo personal, ya tengo con mi familia 7 años viviendo en Weston, en el estado de la Florida. Originalmente somos venezolanos, mi esposa es educadora hace muchos años, se desempenho como maestra de primer grado primaria en una escuela internacional en Caracas, aquí es maestra del mismo grado en una escuela privada.
Temos dos hijos, el mayor es soltero, ingeniero de produccion y vive en Ginebra, Suiza hace 7 anhos, trabaja en una empresa multinacional.
El menor esta casado, es abogado licenciado en Venezuela y tambien graduado en La Universidad de Miami, como abogado miembro del Bar.
Soy abogado licenciado en Venezuela, aquí soy mediador certificado por la Corte Suprema de Justicia de la Florida y soy mediador del condado Broward, ejerzo privadamente y soy docente en la materia de Negociacion, Mediacion, Conciliacion y Medios Alternos de Resolucion de Conflictos.
En el ejercicio de mi profesión, he visto con preocupación como muchos inmigrantes se ven envueltos en problemas legales, personales, familiares, profesionales, motivados por no entender, captar o adaptarse al choque cultural, que representa inmigrar y especialmente a este país.
He escrito muchos artículos sobre el tema en revistas (Conexiones), periódicos (Siete Días Venezuela, Informe) y ultimamente en el Nuevo Herald de Miami.
La idea es que compartamos la experiencia de inmigrar a este país, para enterarnos de las historias propias y ayudarnos entre todos a mejorar la calidad de esta experiencia.
Cuento con su espíritu de solidaridad.
Comente su experiencia.
Desde antes de llegar a este país, comenzamos a vivir la experiencia de emigrar y por supuesto en consecuencia convertirnos en inmigrantes.
Los latinos tenemos mucho en común, aunque poseemos características propias a nuestras culturas en las caules nacimos y nos formamos.
En lo personal, ya tengo con mi familia 7 años viviendo en Weston, en el estado de la Florida. Originalmente somos venezolanos, mi esposa es educadora hace muchos años, se desempenho como maestra de primer grado primaria en una escuela internacional en Caracas, aquí es maestra del mismo grado en una escuela privada.
Temos dos hijos, el mayor es soltero, ingeniero de produccion y vive en Ginebra, Suiza hace 7 anhos, trabaja en una empresa multinacional.
El menor esta casado, es abogado licenciado en Venezuela y tambien graduado en La Universidad de Miami, como abogado miembro del Bar.
Soy abogado licenciado en Venezuela, aquí soy mediador certificado por la Corte Suprema de Justicia de la Florida y soy mediador del condado Broward, ejerzo privadamente y soy docente en la materia de Negociacion, Mediacion, Conciliacion y Medios Alternos de Resolucion de Conflictos.
En el ejercicio de mi profesión, he visto con preocupación como muchos inmigrantes se ven envueltos en problemas legales, personales, familiares, profesionales, motivados por no entender, captar o adaptarse al choque cultural, que representa inmigrar y especialmente a este país.
He escrito muchos artículos sobre el tema en revistas (Conexiones), periódicos (Siete Días Venezuela, Informe) y ultimamente en el Nuevo Herald de Miami.
La idea es que compartamos la experiencia de inmigrar a este país, para enterarnos de las historias propias y ayudarnos entre todos a mejorar la calidad de esta experiencia.
Cuento con su espíritu de solidaridad.
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