Quién necesita a quién?
Autor: OSCAR J. FRANCO
Articulo publicado en el Nuevo Herald, Miami, 8 Abril 2008
Tuve el placer de ver el filme titulado ''Bajo la misma luna''. No soy crítico de cine, pero me atrevo a afirmar que la película mexicano-americana es excelente y la actuación del niño Adrián Alonso es digna de un Oscar.
El guión se centra en las penurias de los inmigrantes que entran ilegalmente en este país. Muestra un agudo y penetrante análisis de los sufrimientos que padecen no sólo las personas que toman la dura y muy riesgosa decisión de cruzar la frontera ilegalmente, sino también los familiares y amigos que quedan atrás.
Un diálogo en particular me motivó a reflexionar sobre su durísima realidad. Dice más o menos así: ``¿Te gustó pasar todo el día reventándote la espalda recogiendo tomates? ¿Te gustó pasar todo el día escondiéndote de la migra? ¿Te gustó trabajar todo el día por unos pinches dólares, y después dormir en un mugre catre? ¿No? Pues, a ninguno de nosotros nos gusta, lo hacemos por necesidad''.
Obviamente el diálogo se refiere a la necesidad que lleva a hombres, mujeres y niños a arriesgar la vida cruzando el río Grande a nado o atravesando los desiertos de Arizona y Nuevo México.
Necesitan encontrar trabajo. Necesitan mejorar sus condiciones de vida y luchar por un futuro. Necesitan ayudar a los familiares que dejan en su país natal, enviándoles la mayor parte del salario. Necesitan sobrevivir.
Esa necesidad es ampliamente conocida en la sociedad americana. Algunos se aprovechan, otros la combaten y los menos se solidarizan con los once millones de inmigrantes ilegales que viven en este país.
Pero veamos la otra cara de la moneda de la necesidad. Y como estoy de seudo comentarista de cine, me voy a referir a otra película. Se trata de Un día sin mexicanos, que estuvo en cartelera hace unos cuatro años. El titulo describe la película. En California, de pronto desaparecen todos los mexicanos y el estado colapsa, por no tener la mano de obra necesaria para mantener la economía. En otras palabras, los inmigrantes ilegales son necesarios.
Este país necesita la fuerza laboral que proporcionan los brazos cansados de los mismos hombres, mujeres y niños que cruzaron el río y el desierto.
El hecho de que yo no sea crítico de cine no me impide que aspire a ser productor de películas, así que propongo una tercera cinta cinematográfica, en la cual los países latinoamericanos ofrecen a sus ciudadanos trabajo, seguridad social, servicios de salud, salarios decentes, sistema habitacional digno, gobiernos democráticos estables, sin conflictos internos, la delincuencia reducida al mínimo, y una educación excelente.
En fin, que todo funcione tan bien que sus ciudadanos no tengan la necesidad de emigrar, ni legal ni ilegalmente, a este país.
En ese mundo utópico de la película que propongo, ¿quién necesitaría a quién? ¿Cómo funcionarían aquí la agricultura, la construcción, las numerosas industrias que subsisten pagando salarios por debajo del legal, aprovechándose de la precaria condición de los inmigrantes?
Y por último, ¿a quién le conviene que se mantengan las necesidades que obligan a venir a los inmigrantes ilegales?
A quienes obstinadamente se oponen a encontrar una solución digna y justa a la inmigración, les recuerdo un dicho: ``Valora lo que tienes antes de que lo pierdas''.
ofmediator@hotmail.com
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