domingo, 6 de enero de 2008

Enviame un email

Enviame un email
Oscar J. Franco O.
Dios mió, han transcurrido tres horas y no he revisado mi correo electrónico. Que habrá pasado con mis familiares, amigos, compañeros de trabajo, conocidos y extraños, que me ponen al día entre otras cosas, de las noticias, cuestiones de la oficina, chismes, mensajes espirituales y los tres millones de dolares que me dejo un tío (ni sabia que existía) en Nigeria. Los reales me los depositan una vez que le envíe mis datos de cuenta en el banco, fecha de nacimiento, copia de la tarjeta de crédito y número de seguro social, porque todos esos datos son necesarios par hacerme millonario instantáneamente (adiós, a mi trabajo de mediador).
Trillones de correos electrónicos (emails) navegan por el Internet todos los días. La gente escribe sobre todos los temas que se les puede ocurrir, sin tener en cuenta que el dicho “Lo escrito, escrito queda”, nunca ha sido mas cierto.
Con la instantaneidad del Internet, el correo electrónico que Ud. envía, puede ser distribuido por el receptor original, a quien el quiera, con solo apretar el botón de re-enviar (forward).
El email es una verdadera arma de doble filo, la cual debemos saber utilizar. Existen libros que instruyen sobre la etiqueta del email: como escribirlo, que decir, que no decir, y el tono en que debe decirse. La etiqueta impone, por ejemplo, que escribir los emails en mayúsculas, es mala educación, pues se considera que se esta gritando.
Existe además, la preocupación de si es conveniente escribir email personales, en las computadoras de la oficina. Muchas empresas son sumamente estrictas al respecto y reglamentan el tema y hasta puede ser causal de despido.
Deseo referirme en particular a los conflictos de toda índole, que se presentan y agudizan, cuando la comunicación se hace por vía email. Si Ud. recibe un correo en el cual considera que quien se lo envío lo ha atacado, ofendido, mal interpretado, en fin Ud. siente que debe responder inmediatamente ya sea para contraatacar, defenderse o dar explicaciones o hasta para expresar sentimientos muy personales, le sugiero no sucumbir a la tentación de responder en el acto.
Todo lo contrario aproveche que la otra persona no sabe si Ud. ya recibió el correo. Tómese unos minutos y de ser posible hasta horas. Si la necesidad de escribir es muy grande, hágalo pero en “Word”, nunca en el propio correo. Me explico, si después de leer el correo, aprieta “Responder” (reply) y escribe su respuesta en el calor del momento, la tentación de enviarlo es muy fuerte, inclusive lo puede hacer hasta por error.
Es muy posible que en su molestia o momento de apasionamiento, haya escrito frases que más nunca podrá recoger y que para quien lo recibe, es muy facil renviar su correo a otras personas.
Al escribir la respuesta en “Word”, tiene la ventaja de que puede releer, chequear ortografía, guardar el escrito y enviar el correo, cuando este mas calmado o menos apasionado. La misma recomendación es valida cuando es Ud. quien inicia la comunicación.
Si desean intercambiar ideas sobre este tema, mándenme un correo. Pero recuerden: ¡En Internet lo escrito, escrito queda…para todo el mundo!

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