OSCAR J. FRANCO O.: Entiende pero no lo habla
By OSCAR J. FRANCO O.
Eso me dijo un amigo latino, cuando le hice una pregunta en español a su hijo de unos 12 años y el chico me contesto en inglés. Al ver mi cara de extrañeza, mi amigo comentó que sus hijos menores de edad habían llegado a este país muy pequeños, sin hablar inglés y en la escuela rápidamente lo habían aprendido. Pero perdieron la capacidad de comunicarse en español pues ``lo entienden pero no lo hablan''.
Esta situación está ocurriendo con bastante frecuencia, aunque afortunadamente es minoritaria. Entiendo y acepto que cuando emigramos a este país es necesario hacer todos los esfuerzos para dominar el idioma. Lo cual es crucial para los niños, adolescentes y jóvenes adultos, quienes se integrarán a la sociedad con mucha más eficacia dominando el inglés. Lo que no entiendo y me cuesta aceptar es que se sacrifique la lengua materna, en este caso el español. Entender pero no hablar un idioma no significa dominarlo.
Cada quien es dueño de sus actos y sus posiciones sobre la educación de sus hijos. Respeto la decisión, pero no entiendo cómo padres y madres latinos aceptan que sus hijos, aunque hayan nacido aquí, no hablen español. No entiendo por qué se les obstruye la posibilidad de comunicarse con los familiares, amigos y compatriotas de su país de origen.
El idioma es la base de la estructura cultural de un país. ¿Como harán esos niños y niñas que entienden pero no hablan español, para identificarse con sus orígenes y sentirse parte de un importante grupo poblacional del mundo, al cual pertenecen sus padres?
Llama la atención que la mayoría de los descendientes, ya en tercera y cuarta generación, de los cubanos que aquí llegaron hace 50 años, hablan inglés como cualquier ciudadano americano, pero hablan también español, como cualquier cubano. Aunque ellos y sus padres hayan nacido en estas tierras.
Los cubanos, y lo mismo pasa con los puertorriqueños, que tienen muchos años viviendo en esta nación, continúan empeñados en que sus hijos hablen español.
Paradójicamente, aunque minoritariamente, son algunos de los integrantes de esta nueva ola de inmigrantes latinoamericanos, a la cual pertenezco y aquí residenciados hace menos de una década, en los cuales se observa la práctica de no preocuparse ni motivar a sus hijos para que conserven o aprendan el español.
Pero vayamos a lo práctico: los latinos constituimos el grupo mayoritario dentro de los inmigrantes en este país. En mayo del 2008 la Oficina del Censo reportó que la población hispana es de 45.5 millones, lo cual significa que el 15.1% del total de la población, estimada en 301.6 millones, habla español.
Cabe anotar que EEUU es la segunda nación después de México, con el mayor número de personas que hablan español. La población de España y Colombia ronda los 40 millones. Mundialmente, el español es la lengua nativa de 350 millones de personas y el inglés de 340 millones. Es decir, que quien habla español e inglés puede comunicarse con casi 700 millones de personas.
Me cuesta aceptar que los padres de niños que entienden pero no hablan español, conscientemente les nieguen la oportunidad de ser bilingües, lo cual les abre puertas laborales, comerciales, sociales y de integración prácticamente con la totalidad del continente americano y España. Sencillamente les están limitando su futuro.
ofmediator@hotmail.com
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